domingo, 10 de abril de 2016

Capítulo 16 - El gran escape, parte 1

Reggae Shark paseaba por los techos de Venore bajo la forma de un gato negro, tomando nota de dónde se ubicaban los guardias, las patrullas, torres de vigilancia, y puntos de control en la cercanía de la prisión.

Era un gran edificio triangular de tres pisos rodeado por muros tan altos como los muros exteriores de la ciudad, y totalmente plagado de guardias y oficiales. Y no solo eso, sino que habían muchos magos en la vuelta también.
En cada punto de control habían al menos dos de ellos, revisando todos los objetos mágicos que llevaban las personas que entraban y salían, así como encantamientos y demás. Entrar invisible no iba a ser posible.

Qué había dentro de la prisión y cómo estaba organizada era aún un gran misterio, fuera de lo que baxter les había contado.

Consistía de 3 sectores principales:

El primer sector se utilizaba para prisioneros de poca importancia, como ladrones o personas con sentencias cortas.

El segundo sector se utilizaba para los más peligrosos, como asesinos o piratas, y también para los magos que requerían celdas especializadas para contenerlos.

El tercer nivel nadie sabía lo que era. Ni siquiera se sabía con certeza si era real. Era un nivel reservado para las criaturas más poderosas, y una vez metían a alguien ahí jamás era vuelto a ver. Si Naimbroth estaba siendo retenido allí, no había chance de liberarlo.

Cualquiera fuera el caso, si lo encontraban culpable de brujería y de hacer tratos con demonios (lo cual era cierto, obviamente), sería ejecutado públicamente al amanecer en una semana.

Baxter fue lo suficientemente amable como para prestarles el uso de su sótano para que puedan planificar el gran escape.

—Necesitamos una distracción —dijo Jinei.

—Una distracción bastante grande, dirás —dijo Hegrael— es una de las prisiones más protegidas que hay.

—Podríamos colocar varios barriles de pólvora por la ciudad —se aventuró Igor— y detonarlos todos juntos.

Jamies, que estaba jugando a quemar una rata que había encontrado por ahí, decidió que se había aburrido y terminó de explotarla.
—Es la idea más estúpida que escuché jamás —dijo.

—¿Y si usamos el troll de Fergus? —preguntó Reggae Shark— Podemos decirle que lo libere en el momento que entremos.

—Es una buena idea, pero no creo que sea suficiente —dijo Hegrael.

—Claro que no es suficiente —dijo Igor— pero si explotamos la mitad de la ciudad ...

—¡No vamos a explotar la mitad de la ciudad! —dijo Hegrael— Morirá mucha gente que no tiene nada que ver.

—¿Y? —preguntó Igor levantando las cejas.

Era una pregunta sensata. ¿Qué mierda les importaba esta gente?

—No creo que sea tan mala idea —dijo Jinei— entre las explosiones y el troll tendríamos bastante caos para movernos con libertad.

—En ese caso tenemos suficiente para 12 barriles de pólvora —dijo Igor— pero no creo que debamos gastarlo todo.

—Con 10 alcanzará —dijo Jamies mientras buscaba una nueva rata para torturar. Por suerte las había en abundancia.

—Hay que ubicarlos bien —dijo Reggae Shark— maximizar el impacto.

Por un rato estuvieron en silencio, tratando de decidir cuáles eran los mejores lugares para hacer explotar.

—Dos en el mercado —dijo Igor— al amanecer ya estará rebozando de gente.

—Al menos tres en el muelle —agregó Jinei— si reventamos algunos barcos podemos dejar el muelle entero inutilizado.

—Dos más en el distrito de clase alta —dijo Hegrael— se pondrán nerviosos y la guardia deberá recurrir a ellos también.

—Eso nos deja con 3 barriles —concluyó Jamies— los cuales tendremos que utilizar para volar la pared de la cárcel.

—Esperen esperen. ¿Volar la pared de la cárcel? —preguntó Reggae Shark— ¿Y qué tal volar el piso?

Todos lo miraron atónitos sin comprender qué estaba diciendo.

—¿El piso?

—El piso —reafirmó Reggae Shark— puedo transformarme en un topo gigante y cavar túneles por debajo de la ciudad hasta llegar a la cárcel por debajo.

—Eso ... no es tan mala idea —dijo Hegrael.

—La mazmorra de Frans está bastante cerca de la cárcel —dijo Jinei— podríamos partir de ahí.

—Está decidido entonces. En marcha.

Con todos de acuerdo era hora de dividir tareas. Fue una decisión general que ni Reggae Shark ni Jinei debían mostrarse en la calle, así que le recayó a Hegrael el ir a comprar la pólvora mientras Igor y Jamies le pegaban una visita a Fergus.

Una llegaron a su casa tocaron la puerta. Tres segundos después Igor ya estaba listo para patearla abajo, pero por suerte Fergus alcanzó a abrir la puerta y no fue necesario.

—¿Qué hiciste con el troll? —preguntó Jamies— ¿Ya lo liberaste?

—Aún no —respondió Fergus— En unos días es el consejo de magos y pensaba aprovechar la oportunidad.

—Negativo —dijo Igor— Necesitamos que lo liberes dentro de exactamente 6 días.

—Pero ... el consejo es en 3 días —balbuceó Fergus, pero se interrumpió a sí mismo cuando Igor se levantó de su silla y se le acercó.

—En 6 días —repitió Igor amenazadoramente— ¿me entendiste?

—S-sí —alcanzó a decir Fergus— por supuesto.

—Muy bien. Hazlo exactamente al amanecer, ni un minuto antes ni un minuto después.

Lo siguiente sería ir a hablar con Frans y conseguir su permiso para utilizar su mazmorra. El pequeño nigromante no sería feliz con la noticia, por lo que Reggae Shark decidió esperar a Igor y Jamies para tener mayores oportunidades de convencerlo, o de no necesitar hacerlo...

1 comentario:

  1. POR DIOS NECESITO MÁS!!!! Ahora las tardes en mi trabajo van a ser aburridas :(

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